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martes, 9 de marzo de 2010

Hominidos prometidos

La exactitud del meollo trasciende el problema en sí mismo, mas, la primaria versión del sun básico, ya que, al principio de la historia humana según los sístemas de probabilidad utilizados por las ciencias, además del legado que ha dejado la biología, podemos indagar que una pareja tal o cual de entes o eslabones pérdidos copuló, luego, en el vientre de la hembra de dicha especie precedente ocurre algo razonable, mutan genéticamente dichos cromosomas, debido a una labor ultraontológica del espíritu en su estado vacío, dándose así más sucesivamente la tendencia a la concepción de los dioses esenciales, aquellos seres imprescindibles que darían orígen o punto de inicio a lo que actualmente conocemos como humanidad.
¡Desde luego! Díficil es saber la cuantidad de tiempo, y, la cualidad de elementos que han requerido dichos habidos corporeos ejercitos de homínidos para evolucionar, algunos cuestionamientos podrán surgir en el proceso, principalmente motivados al continentalismo, las anomalías sociales y el sedentarismo como reparación mayor al desastre que deja atrás la vida nomada, al lastre que acarrea la convivencia en un archipielago plagado de molestias y carente de bienes esenciales para la supervivencia, aunado a ello la puesta en jaque que supone existir en medio de:
Apáratos comunitarios supresores del espíritu libre que viene naturalmente a los seres humanos; artefactos utilizados en su forma más malsana posible; sístemas políticos opresores del bienestar y la suprema abundancia; hostilidad de ambientes precarios; inhospitos lugares aledaños a una zona improductiva dando lugar con ello a la imposibilidad de progresar en un sitio diferente; la tasa de criminalidad o índice delictivo que sobreabunde allí; los estupefacientes que incidan en la peligrosidad y riesgo a los cuales se enfrenten los habitantes de la ciudad; ya que al final, mientras mayor es la cantidad de hampones, menor es el número de propietarios de: ilustración endógena, bienes muebles e inmuebles, productos alimentarios, y toda clase de artículos de consumo.
Al ser todo aquello cuantitativamente inferior a la precariedad, el pauperismo y mediocridad imperantes, extrapolará consigo una escalada indetenible de tipologías criminales de entre sus iguales que serán muestra suficiente e inequívoca del gran error que supone para la prosperidad y felicidad humanas, los cuales, por cierto, se tienen como valores trascendentales indomitables e irrevocables, ya que, por derecho y razón son nuestros desde el momento en que nacemos.