La sublimación de los metales al hacer contacto con el fuego que crece entre las hierbas medicinales y troncos trabajados por la mano del hombre, que se mezcla con los aires perfumados que dejan la mujer y sus esencias, especias y plasman sobre la tierra sus huellas imborrables que van a través del tiempo entre el martillo de Thor, los poderes curativos de Odín, la propiedad esotérica de Loki, mientras bailan las Odaliscas, Gitanas, Valkirias, Isis, Venus, Afródita y Gaia, que bendicen entre sus cantos a Zeus, Júpiter, Ra, Hércules, Baco, Horus y Set; sonrisas se ven entre las musas, los ángeles y santos cuán perfecta coincidencia entre el pathos, el ethos y el oikos de los humanos, suave sincronía de sabores a pasta, vinos, quesos, ovejo, champiñones, remolachas y trufas, ¡Qué deleite de sentidos llevan a otra dimensión las emociones surgidas entre las tropas!
La magnitud de la erupción de vulcano, Vesubio mientras Pegaso pasa precipitado liberando la noble inmortalidad entre los individuos que auxilio, ayuda y socorro imploran, Fausto se queda mirando al búho que úlula entre los sulfuros, cenizas y crepitantes ígneas que arrasan las cosechas con sus temperaturas altas que derriten hasta el titanio, se suspenden los juegos de los Dioses del Olimpo hasta nuevo aviso, no habrá teatro que plazca tus necesidades de bienestar, sus búsquedas de realización de los sueños, continuar sorbiendo de la copa de vida o dejar las puertas abiertas sin riesgo a que algún malhechor intente cometer fechoría alguna, el humo llega a los cielos, tapando la visibilidad de dioses, semidioses y sombras.